Un equipo que funciona bien es la clave para que un trabajo sea eficaz.

Sin embargo, todos sabemos que es especialmente difícil, dado que cada uno piensa y trabaja de manera diferente.

1. No hay un equipo perfecto

Hay una virtud que necesita cualquiera que trabaje en un equipo y es la paciencia. Cada uno piensa que su manera de ver las cosas es la lógica y le cuesta entender que el otro no le comprende.  No existe un equipo perfecto porque la perfección la ve cada uno en un ideal diferente. Pero lo que se le acerca es cuando cada integrante está consciente que puede aportar algo original, algo para mejorar su equipo.

2. Lo importante no es mi trabajo sin el de todo el equipo

La profesionalidad no consiste solo en hacer bien las cosas sino también en que haya una satisfacción al hacerlas. Sin un equilibrio entre estas dos cuestiones, el trabajo en equipo no funciona.

Uno no trabaja para hacer bien su parte sino para conseguir el objetivo común y por eso siempre hay que tenerlo presente. Uno tiene que sentir el color de toda la colectividad no solo el de su departamento.

3. La clave es la comunicación

La comunicación es el fundamento de todas las actividades pero cobra especial importancia en trabajos en grupo. A veces parece que el otro no escucha pero puede ser que hablemos en un idioma que no se entiende.

Por otra parte, a veces no se comunica bien porque no hay espacios para comunicar. Es importante pensar vías y momentos en los que los integrantes del equipo puedan expresar sus ideas, sus observaciones.

4. ¿Quieres que uno cambie su manera de trabajar? ¡Compréndele!

Cada uno tiene su tiempo y sus procesos acostumbrados. Es muy difícil hacer que las personas cambien sus maneras de trabajar comprobadas por años de experiencia.

Lo único con lo que se puede hacer que las personas avancen es el cariño, la comprensión. Y nunca hay que cansarse de demostrar y demostrar.

5. Intenta que el equipo mejore pero sin abrumar

Para que la gente trabaje cómoda, lo primero es que se sienta querida y valorada. Si uno siempre busca lo que no se hace bien, las personas se sienten amenazadas.

Sin darse cuenta, a veces, puede pasar que uno abrume, agobie a la gente de su equipo.

Hay que priorizar, intentar que mejoren primero en las cosas más importantes y dejar las demás para más tarde.